La Salud de Germán

Mi nombre es Beatriz Isabel Solórzano, me desempeño como maestra de EGB1 en la Escuela Nº230 Provincia de Entre Ríos en la ciudad de Simoca. Mi relato va dirigido a un niño que aun hoy continua siendo mi materia pendiente, mas adelante comprenderán porque lo llamo así.



Su nombre es Germán. Me entere de su problema cuando vino su madre, una señora muy humilde y con varios hijitos en escalera, me mostró un certificado medico que traía envuelto en una bolsita de plástico en el mismo se leía el estado de salud de Germán: es celiaco y con serios problemas de desnutrición, junto al certificado una historia clínica: en el año 2005 estuvo internado en el hospital de niños donde le detectaron la enfermedad.

Le pregunte a su mama si recibía alguna ayuda y me dijo que solo le daban un bolsón donde incluía algunas cosas que le podía preparar, pero que ella no tenia gas en su casa, cocinaba con leña para los diez integrantes de la familia. Que el marido era alcohólico y que algunas veces no tenían ni para mate cocido. En la municipalidad, dijo, prometieron ayudarme, pero hasta hoy no pasa nada, señorita.

En ese momento pasé por varios estados de ánimo todos a la vez desde bronca, amargura, impotencia, etc. No podía permanecer indiferente ante tal situación y me propuse investigar más sobre esta enfermedad, consulté a médicos y personas con igual problema de salud. También les comente a mis compañeros y a mis directivos que me dieron apoyo incondicional. Hicimos un bolsillo y con ello compramos leche, mezclas de harina especial para hacer pan, yogur, frutas etc., yo le hacia las galletitas y el pan y le llevaba para Germán.

Los niños comenzaron a sentirse celosos así que aproveche la oportunidad para explicarles lo de la enfermedad de Germán y los niños se mostraron preocupados. Al día siguiente también ellos le trajeron lo que yo les había comentado que podía comer Germán. Fue una Sorpresa para mi e hice un proyecto sobre la solidaridad, donde investigaron todo sobre la enfermedad, realizaron recetas, incluimos la dieta en el comedor escolar y compartieron todo. En la escuela hasta las conserjes, lo primero que hacen es preguntar que le vamos a dar a Germán.

Germán se sintió y se siente protegido aquí en la escuela y no quiere faltar ni un día . Hasta participó en la muestra de educación física que para el era, muy agotador por su grave problema de desnutrición. Mi materia pendiente es tratar de conseguir un lugar mas seguro para el, porque su casa es muy precaria y su madre continua sola luchando contra la pobreza y la violencia instalada en su hogar, o por lo menos que una asistente social se ocupe periódicamente de la salud del niño. En especial en las vacaciones que es donde Germán decae. Por ahora seguimos adelante desde este pequeño lugar tratando de contener a nuestros niños que sufren.