¡¡ Qué cosa don Ramón ... las cosas sin razón!!

Por ahí del mes de agosto del año 2004, tuve que volver al cargo de maestra de grado en Escuela N° 230. Anteriormente estaba adscripta en otras escuelas y con otras funciones


Por ahí del mes de agosto del año 2004 tuve que volver al cargo de Maestra de grado en Escuela Nº 230. Anteriormente estaba adscripta en otras escuelas y con otras funciones.

Al llegar me recibieron afectuosamente pero al rato ya tuve la sorpresa ¡vaya que sorpresa!!! Me cambiaron el área que siempre trabaje con gran cariño y dedicación: lengua. Ahora debía hacerme cargo del área de matemática en el 2º ciclo. ¿Qué tal? ¿Qué hacer?

Uhmmm … me molestó, me enojé, pero mis compañeras me decían ¡para que te vas a hacer problemas!

Termine el año desorientada sin entender el porqué del cambio y preguntándome ¿qué hago para el año? Pero pensándolo bien era corto el tiempo que quedaba para terminar el año y decidí hacer frente a este nuevo desafió matemático que me hizo sentir molesta, enojada, no querer comprender el porque del cambio del área, surgían en mi pensamiento cosas como “se olvidaron que yo enseñaba lengua, que soy titular y cuantas cosas más”.

Al ver en el aula a esos niños esperando la nueva señorita y tristones porque se fue la otra seño, no hice más que ir con algunos a abrazarlos y con otros de la mano al recreo. Allí conversamos, contaron historias, hablaron cosas, mostraron otras, hasta que en el aula fui observando los carteles, afiches, frases con números, operaciones, signos… etc. Los leímos que lindo!! Para que hacerme problema si ya nos habíamos entendido, alumnos, maestros y viceversa. Y así termino el año.

Al año siguiente me resulto mas interesante y me motivo Liliana la maestra de matemática del turno mañana del 2º ciclo que al conversar e intercambiar ideas decidimos trabajar los contenidos, actividades de la misma manera, desarrollarlos, ella a la mañana yo a la tarde hasta convenimos día, hora que nos reuniríamos en su casa o en la mía para hacer las carpetas, proyectos, evaluar como estaban sus alumnos, los míos, etc.

Casi sin querer todo comenzó a cambiar y la experiencia me gusto, me daban ganas, entusiasmo porque cuando la tarea es compartida todo se hace más llevadero… ¡muy buena la idea!

¡A trabajar se dijo!...

Pero, ahora venia lo mejor, ¡los chicos! Y yo … debutando, parecía que era la primera vez que trabajaba, yo tenía mis dudas y temores, cuantas veces tuve que preparar las clases, leer uno y otro libro, ya que los alumnos de 4º,5º y 6º querían aprender números, operaciones, problemas, figuras, cuerpos, ¡cuantas cosas!
Tuve que prepararme muchas veces, ante la duda recurría al libro Matemática 1 y Matemática 2 de Puertos de Palos… que se yo cuántos libros acumulé a mi alrededor para no cometer errores, todo lo que me acercaban era bien recibido.

Así fueron transcurriendo los meses y en un abrir y cerrar de ojos estaba teniendo el otro año, mis alumnos, contentos, felices con la señorita de matemática y mas que todo por qué ellos sabían las tablas, operaban, resolvían situaciones problemáticas, que alegría, que satisfacción, no podía creer!! Hasta hicimos dos libritos, matemática 1 y matemática 2, siempre con Liliana y los presentamos a fin de año en la muestra curricular de la escuela.

¡Qué satisfacción! Los alumnos de 4º como operan, los de 5º como razonan, los de 6º ya se van solos!! ¿Y yo? no lo puedo creer, no puedo creer cuento conocimiento llevan estos alumnos para compartirlos.

Los resultados que obtuve y las experiencias vividas con mi compañera Liliana en estos años, que ya se los siente encima y pensamos y razonamos de otra manera, como que la vida es puro numero… esto hoy me da vida, esta experiencia nos dio mucha satisfacción porque todo lo hago lo hago por los niños para que cada uno de ellos se sienta a gusto y seguro de lo que hace.