Carteando

Hace ya varios años realizaba mis residencias de practicas docentes en una escuelita de la zona rural situada aproximadamente a 10 km. de la ciudad de Simoca en la localidad de San Antonio de Padua al lado derecho de la ruta 157



Hace ya varios años realizaba mis residencias de practicas docentes en una escuelita de la zona rural situada aproximadamente a 10 km. de la ciudad de Simoca en la localidad de San Antonio de Padua al lado derecho de la ruta 157.

Una fría mañana de invierno, enseñando en el área de lengua el género epistolar, la carta, propuse a los alumnos de 6º grado a modo de evaluación del tema, escribir una misiva a chicos de su mismo nivel pero de otra escuela. La tarea no les pareció sencilla, se planteaban como escribir a alguien que no conocen y ese fue justamente uno de mis objetivos demostrar la importancia de la correspondencia uniendo distancias. Luego de un gran debate entre ellos se decidieron y escribieron una sola para diferentes escuelas, lo único que variaron fue el destinatario. Junto a mi compañera de prácticas nos encargamos de hacer llegar las correspondencias a destino.

Transcurrió poco más de una semana y un día sin esperarlo llego la primera carta para mis alumnos. No les puedo explicar la cara de mis alumnos, fue enorme la emoción, no podían creer que les respondieran tan pronto y se entusiasmaron muchísimo, tanto que se quedaron en un recreo a responderles, como no habían terminado utilizamos parte de la siguiente hora, por supuesto que tuvimos que ajustar nuestro diseño de clases, no se olviden que realizábamos nuestras prácticas docentes y se nos exigía cumplir con una cierta cantidad de temas del programa.
Pero lo mejor de esta experiencia es que no fue solo una carta, recibieron muchas más de diferentes escuelas y a todos les respondían con gran alegría.

Con la maestra a cargo del grado y profesora de Residencia se nos ocurrió que antes de finalizar nuestras prácticas realicemos una jornada recreativa para que nuestros alumnos pudieran recibir a los chicos de otras escuelas que habían conocido a través de las correspondencias. Fue un día de mucho trabajo y bastante responsabilidad, porque era preparar las actividades a compartir, el espacio a ocupar, la comida para la recepción, el seguro, la cantidad de docentes involucrados, etc. pero gracias a Dios todo resulto bastante bien.

Paso el tiempo y cierto día de casualidad me encontré con dos ex alumnas, las cuales me contaron que gracias al tema de las cartas se hicieron de muchos amigos de otras escuelas y así cuando comenzaron el secundario fue bastante más fácil la integración. Ese día mi cara se ilumino de felicidad porque me di cuenta que mi enseñanza tubo gran significación en la vida útil de mis niños.